viernes, 22 de abril de 2016


En la presentación que hace el colega Enrique Vergara Montero dice:

Don Federico Kauffmann Doig, respondió en una entrevista, que luego de un terrible sismo en
Chachapoyas, sus padres huyeron precipitadamente del lugar y se desplazaron a Chiclayo, donde le tocó nacer. Pasado el susto, sus padres regresaron de nuevo a Amazonas.

Allí, asistió a la escuelita de Camporredondo; con nostalgia trae a su fértil memoria el nombre de algunos de sus compañeritos, especialmente su "cumpa" Olegano Cubas; como también no deja de pronunciar con respeto y veneración a su notabilísimo maestro, el chachapoyano don Luis Homero Chumbe.

Por designios del destino, curiosamente su promoción del Colegio Nuestra Señora de Guadalupe en Lima, lleva el nombre de Julio C. Tello, lo que acaso influyó en que decidiera estudiar la profesión de Arqueología en la Universidad Mayor de San Marcos. Más tarde, le fue
indispensable culminar sus estudios en la carrera de Historia, para completar su formación y abordar con mayor seriedad el estudio del pasado ancestral del Perú.
 
Federico Kauffmann Doig, es uno de aquellos hombres de la Arqueología peruana que goza de un amplísimo reconocimiento, tanto en el siglo pasado como en este siglo, su presencia siempre estará acuñada en los manuales o textos que se escriban sobre la Historia del Perú, simplemente por su infatigable actividad de investigación como acreditan sus cientos de artículos y decenas de libros publicados en cada año de su fructífera vida. Es un arqueólogo prolífico, que cultivó todos los géneros de las ciencias sociales Arqueología, Antropología, Historia y Etnología, y algunos de sus monumentales libros constituyen éxitos editoriales en el Perú y el extranjero.

Efectivamente, son más de 400 articulos y decenas de libros. Para elaborar cada artículo y libro Don Federico Kauffmann Doig, pone de manifiesto su aguda sensibilidad, disciplina y gran capacidad crítica, apoyadas por una riquísima información de campo, que registra y al mismo tiempo ilustra, haciendo de su obra un valioso documento de agradable asimilación, perdurable y científico.

No puedo negar su servicio a la Patria, con persistente defensa de la integridad de nuestro patrimonio arqueológico, como lo refiere él mismo ".....cada día en muchas oportunidades, desde mi trinchera personal y por lo mismo débil, lo que me impedía salir adelante con mi lucha contra personas corruptas que atentaban contra el patrimonio arqueológico, eran las que capitaneaban el lnstituto Nacional de Cultura (lNC)..."; irónicamente es propuesto como Director del Instituto
Nacional de Cultura, manifestando al Presidente García que, si bien aceptaba honrado el cargo que le ofrecía, aquello significaba tener que incursionar en el mismo "lnfierno del Dante" y esto sin la "mano protectora de Beatrice....", sin más ni más el presidente no vacilo en cambiar su decisión, invitándole a que fuera a Alemania en calidad de Embajador. En esos años, al margen de las funciones diplomáticas, se ocupó de difundir en Europa las riquezas de nuestro grandioso patrimonio arqueológico.

De toda su frondosa producción bibliográfica, la obra que marcó nuestras vidas, fue su monumental libro: MANUAL DE ARQUEOLOGÍA PERUANA, editada en 1969, por la editorial PElSA; la cual encaminó y selló nuestra identificación profesional como arqueólogos, y que sin conocer al autor, se convirtió en un gran maestro cotidiano, que nos llevó de la mano a conocer la trama
admirable de nuestras diversas culturas pre-hispánicas que florecieron en estas tierras andinas. Come lo refieren: Roger Ravines (2011): "Los estudiantes universitarios, y, por qué no decirlo, los propios arqueólogos tuvieron en ese reclamado Manual el dato necesario al alcance de la mano, o la pluma. Naturalmente, que no siempre se ha tenido la hidalguía de reconocer su valor, minimizando su interés y soslayando su importancia. No hay que olvidar que en los años setenta se instalaba definitivamente en el gremio, el fenómeno de la intriga, importado de la sierra central, y se hacía patético en la mente ofuscada de unos pocos  Lorenzo Huertas Vallejos, reafirma (2011):".....él MANUAL DE ARQUEOLOGÍA PERUANA, dio muchas luces sobre todo a los maestros del Perú, simultáneamente organizó el "Primer seminario de historia del Perú”, para los profesores primarios y secundarios, afluyeron de todo el Perú, quienes le brindaron su reconocimiento y agradecimiento".

A partir de la década de 1980, el Dr. Federico Kauffmann Doig ha dedicado sus mejores esfuerzos a estudiar la zona donde pasó sus años infantiles y que él denomina los Andes Amazónicos, fruto de ello, tenemos sus admirables libros: Los Chachapoya(s): Moradores ancestrales de los Andes Amazónicos peruanos (Lima 2003) y Constructores de Kuélap y Pajaten, los Chachapoyas (Lima 2010), son libros de síntesis y búsqueda, un intento de aprehender a los ancestros de esos purunmachos que pueblan los farallones del Utcubamba y sus tributarios.

Hoy, como consecuencia de nuestro ejercicio profesional, he logrado cimentar una gran amistad con el Dr. Kauffmann, al que reconozco a través de esta semblanza:
FEDERICO KAUFFMANN DOIG

Fe y coraje
En cada minuto
De tu vida
Entregaste para
Rastrear el
Infinito mundo del hombre andino ancestral, tanto de
Costa, sierra y selva. Tu
Objetivo fundamental fue la totalidad, alada a tu sagaz observación. Eres el

Káiser de Arqueología Peruana, imponiendo
Amor y pasión inmensa por este milenario
Universo peruano que supiste estudiar con
Finesa, en cada
Fuente, vasija, textil, adobe, piedra y metal década cultura
Magistral que supiste admirar y sigues
Ayudando con tus años añejos a difundir y valorar en cada
Nación del mundo, en cada peruano que
Navega en tu brillante: “Manual de Arqueología Peruana”

Divinidades del antiguo hombre peruano con sus iconos y sus
Odas míticas, supiste decodificar, como fiel e
Intrépido artífice de la filigrana, a cuestas con tu
Generosa sabiduría de amauta, y así, en honor a la verdad, convirtiéndote en un hombre de una sublime sencillez y humildad.

Revista Arqueológica SlAN l Edición 27

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