jueves, 24 de diciembre de 2015

Publicaciones: Arte Rupestre y Chamanismo

Arte Rupestre y Chamanismo en un Sitio con Pintura Formativa en el Valle de Chicama, La Libertad, Perú
                                                                                                
Lic. Daniel S. Castillo Benites
Lic. María Susana Barrau
En: Revista Investigación N° 2
Universidad Nacional de 
San Cristóbal de Huamanga
2012 pp. 143 -148
Resumen                                                                              
Este artículo trata sobre la revisión del sitio EH1, localizado en el valle de Chicama, departamento La Libertad, Perú. El mismo presenta pinturas rupestres formativas que nosotros registramos y documentamos por primera vez en el año 1999 (Castillo Benites, 1999, 2000, 2006, 2008). En abril de 2011 regresamos al lugar con el objetivo de obtener imágenes digitales de las manifestaciones rupestres, en el marco del proyecto “Base de Datos Digital del Arte Rupestre de los Departamentos La Libertad y Cajamarca, Perú”. La información recogida superó nuestras expectativas, y en vista de las escasas expresiones de este tipo en la costa norte peruana y del interés despertado por nuestro trabajo (Guffroy, 2003) damos a conocer nuevos hallazgos e interpretaciones que se suman al debate sobre el arte rupestre formativo en la región mencionada.
 Palabras clave: Arte rupestre, pinturas Higuerón, Chamanismo, Cuenca del río Chicama

Abstract
This article discusses the review of rock art site EH1, located in the Chicama valley, La Libertad department, Peru. Said site presents formative rock art paintings that were first registed and documenated by us in 1999 (Castillo Benites, 1999, 2000, 2006, 2008). In April 2011 we returned to the place with the main aim of obtaining digital images to fulfill the requirement of the project “Digital Database of Rock Art Sites in the Departments of La Libertad and Cajamarca, Perú”. The information gathered exceeded our expectations, and in view of the few expressions of this kind in the north coast of Perú, and the interest generated by our work (Guffroy, 2003) we present new findings and interpretations that add to the debate on the formative rock art expressions in the region referred.
 Key words: Rock art, Higueron paintings, Shamanism, Chicama river basin.

INTRODUCCIÓN
El proyecto “Base de Datos Digital del Arte Rupestre de los Departamentos La Libertad y Cajamarca” se inició en el año 2007, con la integración de un equipo interdisciplinario interesado en estas expresiones. La idea tomó cuerpo a partir del reconocimiento de la riqueza, concentración y variedad de estas expresiones en los departamentos mencionados y de la vulnerabilidad de los mismos. Se trata de un patrimonio cultural por demás expuesto a procesos de deterioro y destrucción, sea por factores naturales como antrópicos, que pudimos documentar a lo largo de más de 22 años ininterrumpidos de registro y documentación sistemática de sitios con arte rupestre. A la fecha, conscientes que la memoria colectiva de las sociedades que nos precedieron está plasmada en estas representaciones, hemos logrado reunir en la base mencionada, información paisajística, espacial, contextual y temporal, así como más de 5000 imágenes entre digitales y digitalizadas, que constituyen documentos fundamentales para la reconstrucción del proceso histórico y socio-cultural que siguieron dichas comunidades (1).

En vista de los avances que tuvieron lugar en los últimos años en las técnicas de registro fotográfico de los sitios con arte rupestre, la disponibilidad de equipos profesionales de alta resolución, y lo excepcional de los sitios con pinturas rupestres formativas en la costa norte peruana, planeamos una salida al campo para el mes de abril del corriente año. Se trataba de obtener imágenes digitales que pudiéramos trabajar tanto con las herramientas que nos provee el programa Adobe Photoshop como el Image J DStretch (2). El empleo de este último programa en imágenes digitales de pinturas rupestres, se realiza desde el año 2006 y permite observar motivos que a simple vista no es posible apreciar.

En esta ocasión nos acompañó el Sr. Alex Rodríguez, y la travesía se emprendió desde la localidad de Casa Grande. Se recorrieron 15 km hasta el sitio y se llegó de noche, a pesar lo de lo cual pudimos detectar que otros visitantes estaban acampando en las inmediaciones.

Figura Nº 1. Mapa del sector de la parte baja del valle de Chicama. Se indican los sitios con arte rupestre mencionados.

Ya de día, comprobamos que se trataba de varios grupos de cazadores de venados, que aprovechaban la Semana Santa para este tipo de salidas, y también estaban a la búsqueda de los aleros con arte rupestre a fin de conocerlos. La estrategia planteada fue alcanzar en primer término el alero más alejado, designado EH2, lo que resultó imposible por lo tupido de la vegetación que creció entre las rocas del lecho de río. Cazadores e investigadores desistimos del intento y regresamos al sitio EH1, donde observamos que  excursionistas habían matado una boa en el manantial.

ANTECEDENTES
Las pinturas rupestres formativas localizadas en EH1 y EH2 son las primeras y únicas expresiones de este tipo ubicadas en el valle de Chicama (Castillo 1999, 2000, 2006).

Figura Nº 2. Los chamanes del valle de Chicama.
  
ARTE RUPESTRE Y PAISAJE 
La conformación geológica del área corresponde al batolito de la costa, caracterizado por rocas intrusivas de origen ígneo, como ser la diorita. Estas rocas en superficie se encuentran muy fracturadas, pero a profundidad esta condición no se mantiene, ya que las mismas presentan una solución de continuidad que conforma una capa impermeable, una característica fundamental que da cuenta del afloramiento de agua en la zona baja. En la temporada de lluvias, la captación del agua se produce en la parte alta de la montaña, donde las rocas se encuentran bien fracturadas, la misma corre y recarga las aguas subterráneas que emergen en la parte baja, en un manantial que se escurre por la quebrada de “El Higuerón”, hasta unirse con el cauce que baja de la cabecera de la quebrada principal con rumbo noroeste.

Por consiguiente, la quebrada mencionada constituye desde tiempos prehispánicos una verdadera fuente de vida, que concentra una fauna muy rica, compuesta por pequeños y medianos mamíferos, ofidios, etc., y una vegetación en la que predominan los higuerones que dan nombre al lugar; también se observan vichayos, colas de zorro, zapotes, espinos, etc. Cabe señalar que el  INGEMET describe esta quebrada con el nombre de “Los Cabros”.

El abrigo rocoso y los recintos asociados, son visibles en la parte media de la elevación que se encuentra sobre la unión de los cauces de agua citados. Se trata de una explanada que pudo albergar a un número considerable de personas, y constituyó de tal manera, un espacio de interacción social favorecido por una acústica muy buena. Asimismo, desde el lugar la visibilidad de la parte baja del valle de Chicama es excelente.

DESCRIPCION DE LAS EXPRESIONES RUPESTRES
Las pinturas rupestres del sitio EHI conforman una escena compuesta por dos motivos figurativos de apariencia antropozoomofa, ejecutados sobre un soporte de roca ígnea situado en las coordenadas UTM 17M 0701676 y 9164235,  a 576 m.s.n.m. Se trata de un bloque de granodiorita de conformación triangular, que alcanza los 4 mts de altura por 6 mts de ancho, y que en la cara sur presenta una concavidad generada por un desprendimiento de la roca, el cual constituye un verdadero alero que dependiendo del sector que midamos presenta mayor o menor profundidad, un dato fundamental a la hora de evaluar aspectos tales como el estado de conservación de las pinturas, ya que esta superficie cóncava y protegida, fue aprovechada como espacio plástico sobre el que se dispusieron las expresiones rupestres que estamos reseñando, dos personajes antropozoomorfos pintados en forma frontal que miran hacia el sur.
Figura Nº 3. Los  personajes A y B a través del programa Image J DStretch canal BTN, véase el realce de los tonos rojos.

El motivo A, situado a la izquierda del panel, es un personaje que alcanza los 50 cm de altura por 30 cm de ancho, o sea de proporciones significativamente menores respecto del motivo B.
El mismo presenta una cabeza cuadrada delineada en pintura color negro, que remata en la porción superior en un tocado apenas visible, compuesto por 5 líneas rectas realizadas con pinceladas del mismo color. Las orejas son pequeñas, circulares y también pintadas en negro. Un fuerte contraste marca el delineado en pintura roja, sobre la superficie natural de la roca, de los ojos en forma circular, la nariz en forma de U y una boca abierta de forma rectangular, que presenta en la parte superior una sucesión de 4 prolongaciones subtriangulares y en la porción inferior una sucesión de 3 líneas similares que destacan la dentadura del personaje. Ojos, nariz y boca fueron repintados, lo que se debió como analizaremos más adelante, a la mayor exposición de este motivo a la erosión. 

El cuello es cilíndrico y junto con los hombros son apenas visibles debido a una notable pérdida de la pintura negra que delineaba y rellenaba el espacio. El torso y abdomen se representaron unidos, conformando un cuerpo de aspecto casi circular que presenta trazas de la pintura negra que lo rellenaba, y motivos decorativos que se plasmaron en color rojo, marcando así un fuerte contraste.

En el sector derecho del pecho se pintó un motivo figurativo ornitomorfo de frente, en actitud de levantar vuelo. El mismo presenta sobre la cabeza  un tocado compuesto de 5 triángulos; los ojos se indicaron con dos puntos, y la nariz con una línea que baja de la porción superior de la cabeza y termina a modo de pico. Las alas se realizaron a partir de dos líneas rectas prácticamente transversales a los trazos que cierran la cabeza del ave; de los extremos de estas líneas y casi en ángulo recto, se dirigieron las pinceladas hacia abajo y arriba componiendo ángulos agudos que delinearon la forma de las mismas. Estas pinceladas se continuaron hacia abajo, formando asimismo ángulos agudos que cierran en parte los costados de la figura, ya que se dejó un espacio sin pintura en el sector inferior, que enmarca una pincelada recta dirigida hacia abajo, representando la cola del ave. Sobre el pecho del motivo se plasmó un diseño en forma de cruz.

El sector izquierdo del pecho del personaje exhibe motivos no figurativos. Se trata de una línea recta horizontal ejecutada a la altura del tocado del ave; por debajo de la misma se dispuso en forma oblicua un motivo en forma de “3” invertido, con dos puntos en la parte inferior; y junto al mismo líneas curvas abiertas.
Este personaje se caracteriza por presentar el brazo derecho extendido hacia arriba, mostrando la palma de la mano decorada por un rectángulo dividido al medio, motivo delineado en color rojo. La aplicación del software permitió observar rastros de pintura roja que alcanzan la altura del codo, y que es reemplazada por pintura negra hasta unos centímetros antes de alcanzar el motivo señalado, en que reaparece la pintura roja. El brazo izquierdo del personaje realizado también con pintura roja, está flexionado y llevado a la altura del vientre, mientras que la mano adquiere una forma ovalada, señalando que sostenía algo en la misma. El cuerpo se prolonga en un saco escrotal y pene muy marcados, el primero delineado con pinceladas en color negro, que limitan espacios en negativo, donde se aprecia la superficie de la roca, lo que destaca la figura cilíndrica del pene pintado y rellenado en el mismo color. A ambos lados del sexo se dibujaron dos muslos trapezoidales que rematan en rodillas abultadas y pantorrillas cortas, todo en color negro y rellenado, mientras los pies prominentes y de tres dedos, se plasmaron de perfil orientados hacia los costados izquierdo y derecho de la imagen; los talones y dedos ejecutados en color negro, mientras que el resto del diseño se completó en color rojo.

Figura Nº 4. El personaje A, a través del programa Image J DStretch canal YBK, véase el realce de los tonos rojos y negro.

En síntesis se empleó el color negro para pintar todo el cuerpo, a excepción del espacio junto al pene, a fin de destacar la figura del mismo, y la porción de ambos pies que presentan pintura roja. Los trazos de pintura de este color que mencionamos para el brazo derecho del personaje, se continúan hacia abajo delineando el cuerpo, sexo y extremidades, donde el delineado se interrumpe a la altura de los talones, mientras que las líneas  exteriores se unen a la sección de los pies pintados en color rojo. Por el lado izquierdo del personaje, el delineado alcanza la axila y dibuja sobre el fondo negro, el brazo y la mano del mismo.

El motivo B, situado a la derecha de la composición plástica, es un personaje antropozoomorfo que tiene una altura de 75 cm y un ancho de 55 cm, tomada entre los extremos de ambas manos. Presenta una cabeza cuadrada delimitada por pintura roja, que remata en la parte superior en un tocado constituido por la sucesión de cinco líneas casi rectas ejecutadas en pintura roja, que se ensanchan en la parte inferior. De la parte media del mismo se prolonga hacia abajo un segmento que conforma la nariz, cuyos lados y porción inferior están delineados con trazos de pintura negra. A ambos lados de la sección superior de la nariz se continúan las líneas en pintura negra delimitando campos negativos, en que se aprecia la superficie de la roca. Del lado izquierdo de la imagen la superficie en negativo es mayor respecto del lado derecho, y por el tamaño y forma se aproxima a presentar el negativo de la nariz, flanqueada hacia la derecha por el lado de un cuadrado que encierra otro campo negativo y la representación de un ojo circular en rojo con la pupila en negro. Al lado inferior de este cuadrado se adosa un rectángulo relleno en pintura negra.

El lado derecho es ligeramente distinto, ya que emplea la línea negra que delimita la nariz y la continuidad de la línea que limita la porción inferior de la misma, a fin de conformar el cuadrado que limita un espacio en negativo y al ojo redondo en pintura roja, que en este caso presenta un círculo inscripto en pintura negra y la pupila en negativo o sea la roca viva. A la derecha del cuadrado, en la porción media inferior se pintó un cuadrado relleno en pintura negra.

Por debajo de lo que hemos dado en llamar la nariz en negativo, la nariz propiamente dicha y el cuadrado derecho, se dispone un espacio en negativo que limita y destaca unas líneas negras, anchas y rellenas que conforman la boca del personaje, de forma rectangular, con un rectángulo inscripto en color rojo y por dentro pinceladas triangulares en negro que limitan espacios en negativo, donde se aprecia la superficie de la roca.

Si tomamos como referencia el segmento nariz-boca del personaje, veremos que estas líneas negras, anchas y rellenas que mencionamos precedentemente, se combinan y contrastan con el color de la roca y extensiones de la pintura roja que rellena y delimita la cara, conformando un motivo decorativo que identificamos como pintura facial o tatuaje, que representa en apariencia, dos felinos de perfil.

La oreja izquierda está conformada por tres líneas curvas paralelas pintadas en color negro, que delimitan dos campos semicirculares en la roca que dejan sin rellenar. En cuanto a la oreja derecha el programa Image J DStretch nos permite observar que es idéntica a la otra, sólo que una chorreada de pintura roja la oculta y no permite apreciarla a simple vista.

La figura presenta un cuello cilíndrico y pintado en rojo, mientras que el tórax y abdomen se han unidos en un cuerpo de forma prácticamente circular, pintado también en rojo que exhibe una serie de 31 círculos concéntricos en los que nuevamente se empleó la técnica de pintura negativa, o sea que el círculo exterior y el punto al medio están pintados en negro, mientras que el espacio restante lo ocupa el color natural de la roca. Cabe destacar que en 5 casos estos círculos están alineados en series de 5 unidades, que coincide con el número de picos que presenta el tocado. El cuerpo se prolonga en dos muslos trapezoidales que rematan en rodillas abultadas, pantorrillas cortas y pies de perfil, prominentes y de tres dedos, que están orientados hacia los costados izquierdo y derecho de la imagen.

Figura Nº 5. El personaje B, a través del programa Image J DStretch canal LXX, véase el realce de la pintura negra.

Desde la axila hasta el final de la representación en los pies, la figura está delineada con pintura negra, que se convierte en dos triángulos equiláteros rellenos a ambos lados del pene y otro isósceles en la extremidad del mismo.

A ambos lados del cuello y por encima del cuerpo del personaje, se dispone una serie de 5 círculos concéntricos de idénticas características a las reseñadas para el cuerpo.
Los miembros superiores se pintaron en rojo, y se plasmaron levantados a la altura de la cabeza. Las manos son prominentes, presentan 5 dedos y en la parte central de la palma dibujaron un rectángulo en negro dividido al medio por otra línea de igual color que delimita  dos cuadrados en negativo. A ambos lados del cuello, por encima de los hombros se representaron 5 círculos concéntricos idénticos a los que decoran el cuerpo; y a lo largo de cada uno de los brazos se dispusieron una serie de círculos pequeños en relación a los antedichos, también ejecutados con pintura negra y técnica negativa. Por debajo del brazo derecho desde la axila hasta la mano se dispusieron 9 unidades, y por encima del mismo 8. Para el lado izquierdo contabilizamos 10 círculos por debajo del brazo y 8 unidades por encima del mismo.

CONTEXTO ARQUEOLOGICO Y CRONOLOGIA
La evidencia iconográfica, así como  los pequeños recintos asociados de planta ortogonal y construidos en piedra, sumado a la identificación de un fuerte marcador temporal como es la alfarería observada en superficie, nos permiten ubicar estas expresiones rupestres en el período formativo final, entre el 500 a.c. al 200 d.c., con una marcada continuidad temporal hacia el período Moche 200 al 800 d.c.
Figura Nº 6. Fragmentos de cerámica registrados en las proximidades de los recintos. A: Cuello evertido de labio redondeado en alfarería roja erosionada; B: Cuello evertido de labio recto en cerámica roja erosionada; C: base sonaja y pared de cuerpo restringido, con 3 orificios en alfarería roja alisada; D: fragmento de cerámica roja con decoración incisa y pintura blanca y roja pre y post cocción, de pared y borde recto con labio biselado.

DIAGNOSTICO SOBRE EL ESTADO DE CONSERVACION
En este punto contamos con el asesoramiento de biólogos, ecólogos y geólogos (3). El espacio plástico presenta exfoliaciones que han afectado mayormente la porción inferior de las representaciones rupestres.

En general, el motivo A es el que presenta los mayores daños, sea producto tanto del agua de lluvia que corre por las grietas de la roca y lava las pinturas, como por el efecto de la insolación, al punto que como hemos comentado, algunos rasgos fueron repintados. Toda la superficie externa del abrigo está cubierta de líquenes. Asimismo, la presencia de caracoles terrestres (scutalus sp) se documentó desde el inicio de las investigaciones en 1999, y en la actualidad los mismos se han concentrado en la porción superior derecha de la cara sur del alero, donde se encuentran las representaciones rupestres, constituyendo una amenaza seria para su conservación, ya que se desplazan sobre el espacio plástico y se adhieren fuertemente a la pintura, como puede observarse en las imágenes, al igual que el daño producidos en la mano derecha del motivo B.

Cabe destacar que a la fecha, este es uno de los pocos casos en que constatamos que las actividades antrópicas no han ejercido un impacto negativo sobre las expresiones rupestres o los recintos asociados.

APORTES DESDE LA ARQUEOLOGIA Y LA ETNOHISTORIA
Estas expresiones plásticas son excepcionales, y presentan a nuestro entender una estructura narrativa implícita, que exhibe personajes con atributos y posturas que los identifican con un rol social preciso. Por consiguiente, abrimos el espectro de la información que vamos a conjugar a fin de brindar una mirada holística de las mismas.

En primer términos nos referiremos a la evidencia arqueológica, que integraremos con información etnohistórica; ya que la misma perduración temporal de principios y conceptos organizadores del mundo andino, nos permiten incursionar en un plano que excede la simple descripción de un sitio de arte rupestre.

La identificación de los chamanes fue posible gracias a la iconografía que presentan en la indumentaria, que también da cuenta de la especialización costeña en esta producción. Otro indicio lo tomamos de lo gestual en ambos personajes, y la continua referencia a la dualidad. El valioso aporte de Elera (1994) permite dar cuenta del ensanchamiento de las rodillas que exhiben ambos chamanes. El autor excavó la tumba de un chamán en el Morro de Etén, y entre los hallazgos describe una sonaja tallada en la tibia de un cérvido, de 20,7 cm de largo con un ancho variable entre 2,5 cm y 3 mm en el extremo inferior, detalla: “La parte escultórica representa a un cuerpo de ave con las alas desplegadas en actitud de vuelo, el cual sostiene una cabeza con rostro humano de rasgos muy estilizados. En la parte inferior de esta imagen se tallaron asas que servirían para la sujeción de eslabones, ahora destruidos, los cuales originaban rítmicos sonidos al efectuarse movimientos acompasados” (ibíd., 37). La misma era llevada por el chamán en la cara posterior de la pierna derecha sobre la región poplítea. El informe radiológico de dicho miembro sostiene que: “La patología de la artrosis se origina como consecuencia de microtraumatismos o de procesos inflamatorios crónicos causados por sobre esfuerzo físico vinculado a la actividad que tiene un individuo en vida (intensas caminatas, danza, sobrepeso, etc.), tratándose de una enfermedad de tipo ocupacional que produce desgaste del hueso” (Ibíd.,50)  Con respecto a la sonaja llevada por el individuo indica: “ésta se encontraría en un envoltorio natural conformado por una cavidad tunelizada en el tejido muscular del muslo, cuyas paredes internas se encontraban encallecidas, implicando que para poder llegar a ello, el proceso de horadación fue muy lento y doloroso, con probables infecciones esporádicas” (ibíd., 49-50); y afirma que ese cuerpo extraño también ocasionó cojera, generada por la sobrecarga del cuerpo sobre el miembro inferior izquierdo.

 Por último agregamos un motivo antropomorfo grabado en un petroglifo publicado por Mario Polia Meconi (1995, 172) y reproducido por nosotros:
 
Figura Nº 7

El mismo se encuentra en el sitio Pampa de los Muertos en Piura (A8H), y presenta la singularidad de las rodillas agrandadas, lo que nosotros consideramos diagnóstico en la identificación de los chamanes. Asimismo puede observarse la posición levantada de los brazos en actitud de invocación. 

Por otra parte, sabemos que los chamanes fueron grandes caminantes que recorrieron distintos pisos ecológicos en peregrinaciones a sitios sagrados, y que además,  durante el trayecto  ofrecían sus servicios  y  se dedicaban a la  búsqueda tanto de hierbas medicinales, que  empleaban en  preparaciones y curaciones, como de plantas de reconocido poder alucinógeno que  utilizaban  en contextos ceremoniales y prácticas adivinatorias  (Rostworowski 2006, 36).

En síntesis, tanto la representación abultada de las rodillas, como de los pies ligeramente agrandados en las expresiones rupestres reseñadas, se corresponden con las practicas culturales que acabamos de mencionar.
  
A esta altura del análisis, es imprescindible referirnos al dualismo dinámico u oposición dual como principio organizador básico de la cosmología del mundo andino. R. Burger y Salazar-Burger (1994) sintetizan la información y brindan un análisis que se focaliza en el período Tardío Inicial y Horizonte Temprano de Chavín de Huantar, en el Período Tardío Inicial del complejo Cardal y en el Precerámico Tardío de Kotosh. A pesar que estos puntos constituyen la columna vertebral del trabajo, hacen mención de la vigencia de este principio, que conjuga fuerzas complementarias y opuestas que se equilibran, en el ceremonial Inca, basándose en la información brindada por Rostworowski (1983), Silverblatt (1987) y Zuidema (1982); y más aún, enriquecen el panorama al señalarnos la perduración temporal de este principio como organizador del ritual en las comunidades actuales, a través de la mención de los trabajos de Allen (1988); B.J. Isbell (1978) y Platt (1986). En suma, sostienen que: “el concepto de oposición y complementariedad dual ha estructurado el ceremonial andino por más de 4000 años” (Ibíd., 112).

En el caso que nos ocupa se trata de una dualidad masculina, a lo que sumamos la posición de los brazos en el motivo A, uno dirigido hacia arriba, exhibiendo en la palma de la mano la dualidad en el motivo rectangular dividido al medio, y el otro brazo flexionado sobre el vientre con la mano en posición de sostener algo, quizás algún alucinógeno. El motivo B presenta ambos brazos en alto, y muestra en las palmas de las manos motivos duales idénticos al mencionado para el motivo A. La pintura o tatuaje facial del personaje B, también es dual y representa a dos felinos de perfil. Los mismos colores que exhiben las representaciones se oponen y complementan en un juego que genera una unidad de significado, reforzado por el empleo de la técnica de pintura negativa. Por otra parte,  la forma en que se destacó el sexo de ambos personajes, habla sobre potencia, poder y fecundidad.

CONCLUSIONES
La evidencia arqueológica y etnohistórica apunta a que se trata de la representación de dos chamanes; una diarquía masculina, cuyos tocados, pintura o tatuaje facial, vestimentas, tamaño y atributos, nos señalan el prestigio social, jerarquía, poder y linaje de los mismos, como así también su pertenencia a las mitades de arriba y abajo de una misma etnía. De esta forma, el chaman B de mayor tamaño y una simbiosis de rasgos felínicos, se asocia al complejo de transformación chamánica, y se ubica en la mitad de arriba situada en las estribaciones andinas, próximas al manantial de El Higuerón, o sea en control de la fuente de agua y los recursos faunísticos del lugar. El chaman A con la representación ornitomorfa con las alas listas para despegar, se relaciona con el vuelo chamánico, y pertenece a la mitad de abajo, o sea a la costa, con cultivos y actividades económicas fuertemente dependientes del flujo de agua proveniente de la sierra. En síntesis se puede hablar de oposición y complementariedad.

Estos chamanes, probables cabezas de linajes, al igual que dioses, héroes civilizadores y antepasados míticos o reales, atravesaron un proceso de petrificación. Son innumerables las referencias a estos casos, María Rostworowski (1986, 62-63) comenta el tema y sostiene: “Para Duviols (1973: 165) la petrificación era una manifestación de perennización y sacralización. El alma del difunto o de una divinidad se posesionaba de la piedra, se adentraba en ella y por ese motivo podía emitir oráculos y responder a preguntas”.

De esta forma los chamanes convertidos en huacas, mantuvieron su poder de mediar entre la esfera profana y lo sagrado, a través de la intervención de nuevos personajes mediadores entre ambos universos, que dieron continuidad al rito y las ceremonias. En el pensamiento mágico religioso andino, las pinturas rupestres que estamos analizando, lejos de tratarse de representaciones o símbolos, constituyeron la presencia inmediata del camaquen o aliento vital de estos seres. “El camaquen o soplo vital animaba a los hombres y también a los cerros, lagos, cumbres nevadas, piedras, fuentes y animales. Mundo lleno de vida, con el cual había que congraciarse mediante sacrificios y ofrendas para poder sobrevivir” (Ibíd., 95).

En cuanto a los fragmentos cerámicos registrados y documentados en superficie en las inmediaciones del sitio, sostenemos que muy probablemente se emplearon para el traslado y consumo de Chicha durante el desarrollo de los rituales. Es indudable que el consumo de esta sustancia psicoactiva tuvo un rol social básico al acompañar la repetición de prácticas profanas y rituales que hacían a la construcción e integración social comunitaria. Dietler y Herbich (2006, 398) destacan el aspecto simbólico de las bebidas alcohólicas en tanto alimento, que a través de la fermentación sufre una transformación “casi mágica” que produce estados alterados de conciencia y cambios en el comportamiento, condición que lo coloca en el centro de las actividades rituales y ceremoniales. Por otro lado, debemos mencionar que en el lugar abundan los caracoles terrestres, y que la ingesta de los mismos sin purgar  también pudo conducir a estados alterados de conciencia; a lo que agregamos que estas comunidades muy probablemente tuvieron acceso  al cactus San Pedro, de reconocido poder alucinógeno.

 AGRADECIMIENTOS
Al señor Sr. Alex Rodríguez Tiznado por su invaluable compañía y ayuda durante la travesía y tareas de investigación; a su señor padre Luis Humberto Rodríguez Villoslara quien nos rescató del camino completamente inundado a la altura de las torres de alta tensión, y nos trasladó hasta la localidad de Casa Grande; y a su señora esposa, madre y hermana, que a su tiempo nos recibieron con una hospitalidad y calidez muy sentida por nosotros.

NOTAS
(1) A este respecto, agradecemos la gentileza del Dr. Enrique Vergara, Director del Museo Arqueología, Antropología e Historia de la Universidad Nacional de Trujillo, quien nos permitió acceder a las fotografías del archivo de dicha Institución.
(2) En este particular, también expresamos nuestra gratitud al investigador Ing. Rainer Hosting por su generosidad al compartir con nosotros el programa mencionado, además de bibliografía, comentarios y sugerencias que siempre apuntan al enriquecimiento de los trabajos realizados.
(3) Los profesionales que asesoran son los profesores Luis Pollac, William Zelada, y el Lic. Homan Castillo Benites.

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